jueves, julio 18


Me urge un detente
un pequeño botón mágico
en mi reloj de muñeca.
Un segundo para afincarme
para componerme de corazón abierto
de oscuro, de lento.
Sería suficiente para mirarme hacia adentro
para llorarme ahogado de saliva
de ausencia y olvido.
Un breve espacio no político
no rebuscado
de niño, de quirófano.
Sin manecillas
ni gentes mirando perplejas
con vagos consuelos.
Un simple pare para mirar tu mano
tan tiesa y eterna.
Correr la vista por el tul y filtrar
el frágil instante de asimilar tu ausencia.

No hay comentarios: