domingo, junio 26

¿Por qué comprar un libro?

Estaba consciente de que la biblioteca nacional quedaba a cuatro minutos de su piso. Muy bien sabía que podía adquirirlo de ese lugar sin malversar sus precarios fondos, y luego, si le gustaba, comprarlo para añadirlo a su obstinada biblioteca. El afán estribaba, únicamente, en  poseerle.
Su respuesta fue más sensata que egoísta: Comprar un libro sin haberlo leído supondría nunca haberlo poseído, ni mis manos ni mis ojos repasarían sus páginas, sería un cuerpo virgen, otro objetivo sin conquistar.
Ahí radicaba la obsesión de un adicto en recuperación; en la metáfora del deseo.